Según dijo aquí el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Blade Nzimande, en la Convención BIO África-CPHIA 2025, la autoconfianza sanitaria constituye un requisito fundamental para alcanzar la Cobertura Universal de Salud en el continente.
«La pandemia de Covid-19 evidenció las vulnerabilidades de la dependencia excesiva de productos sanitarios importados, pero también demostró el enorme potencial de la acción científica e industrial coordinada», afirmó el Ministro ante delegados de múltiples países africanos.
En la ocasión, Nzimande subrayó la necesidad de que formuladores de políticas, investigadores y científicos comprendan que no puede existir un futuro sostenible para África sin inversiones estratégicas en capacidades soberanas para el desarrollo humano, particularmente en el sector salud.
El liderazgo político visionario y el compromiso estratégico, agregó, representan el motor fundamental para que las naciones construyan ecosistemas innovadores robustos y capacidades de manufactura doméstica resilientes en salud.
Como parte concreta de esa visión, el gobierno sudafricano ha situado la ciencia, tecnología e innovación en el centro de su estrategia de desarrollo, implementando el Plan Decenal de Ciencia, Tecnología e Innovación (2022-2032), acorde con el Ministerio.
El instrumento identifica la Innovación en Salud como prioridad central, con metas específicas de desarrollo de capacitación en toda la cadena de valor, desde investigación básica hasta manufactura local de vacunas, ingredientes farmacéuticos y diagnósticos.
Entre las iniciativas continentales, Nzimande destacó el Plan de Manufactura Farmacéutica de los Centros Africanos para el Control y Prevención de Enfermedades, respaldado por una inversión de tres mil 200 millones de dólares. Ese programa busca que para 2040 al menos el 60 por ciento de las vacunas utilizadas en África se produzcan dentro del continente.
A nivel nacional, Sudáfrica desarrolla su Estrategia de Innovación y Manufactura de Vacunas, complementada con cooperación técnica de Alemania, la Unión Europea y la GIZ mediante iniciativas como SAVax y MAV+. Estas colaboraciones proporcionan fortalecimiento regulatorio, desarrollo empresarial y establecimiento de plataformas tecnológicas de ARNm.
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