Dos de los fallecidos son policías civiles y otros dos del Batallón de Operaciones Especiales de la Policía Militar.
Además, tres personas inocentes recibieron disparos: un hombre sin hogar recibió un impacto en la espalda por una bala pérdida y fue trasladado a un hospital cercano a una favela, asentamiento precario o informal que crece en torno o dentro mismo de las ciudades grandes del país.
Unos dos mil 500 agentes de seguridad de Río salieron a ejecutar 100 órdenes de arresto.
Los narcotraficantes respondieron con disparos y quemando barricadas; decenas de columnas de humo se podían ver desde varios puntos de la urbe.
También la Policía Civil declaró que, en represalia, los delincuentes lanzaron bombas desde drones.
Otros huyeron por la parte alta de la comunidad, en una escena similar a la masacre de 2010 durante la ocupación del Alemão.
Más de 80 hombres fueron arrestados: cinco recibieron disparos y fueron puestos bajo custodia.
La policía decomisó 31 rifles, dos pistolas y nueve motocicletas.
El objetivo de la operación es arrestar a los líderes del Comando Vermelho, la mayor facción criminal de Río, y de frenar su expansión territorial. Ambos complejos albergan 26 comunidades.
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