“No estamos de acuerdo con esta decisión del Departamento de Transporte”, apuntó la mandataria, quien pidió ayer al canciller Juan Ramón de la Fuente coordinar una reunión con autoridades de aquel territorio “para revisar si (estas acciones) tienen fundamento, que desde nuestra perspectiva no tiene ninguno”.
La gobernante solicitó, además, a la Comisión Nacional Antimonopolio hacer un análisis sobre si realmente se está afectando la competencia de las aerolíneas y apuntó que desde la perspectiva de la administración, no existe perjuicio alguno.
“Y lo decimos además con toda certeza. México no es piñata de nadie. México se le respeta y hasta ahora hemos logrado un respeto muy grande de distintas instituciones del gobierno de los Estados Unidos, incluida la máxima institución, que es la Presidencia”, aseveró.
Lo que se quiere es respeto y que en todo caso se analice conjuntamente el tema, añadió Sheinbaum, quien recordó que las solicitudes hechas por Washington hace meses, vinculadas a asuntos como el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), se contestaron con toda prontitud.
Insistió en que la determinación en su momento de llevar la carga hacia esta terminal fue una decisión soberana y se relaciona con protección civil, debido a la saturación existente en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
La saturación “ponía en riesgo a los pasajeros, a los usuarios que utilizan el AICM. Entonces, se construye el AIFA, comienzan a trasladarse algunas líneas al AIFA, pero no tomaban la decisión de trasladarse de manera adecuada para disminuir los riesgos”, rememoró.
Al referirse a la posterior determinación de trasladar la carga al Felipe Ángeles, la jefa del Ejecutivo señaló que todas las empresas allí “están felices”, pues cuentan con más espacio y mayor seguridad a la salida de los contenedores, entre otras condiciones.
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