En el Día de Todos los Santos volverá la tradición de volarlos sobre los cementerios, con el fin de ahuyentar los malos espíritus que rondaban como almas en pena y facilitar el descanso de los difuntos, según los organizadores.
El proceso de elaboración –contaron- inició hace meses, cuando niños, jóvenes y adultos recolectaron el bambú para construir las estructuras de lo que muchos consideran aquí verdaderas obras de arte.
El trabajo se realizó en comunidad y en familia, al cubrir los marcos con papel de china de colores, adheridos sobre un fondo claro, dibujar figuras y ensamblar las piezas que dan forma a los barriletes gigantes.
En el campo de fútbol de Sumpango, o en el Cementerio General de Santiago Sacatepéquez y sus alrededores, los participantes buscarán desde horas tempranas que tanto chapines como extranjeros admiren sus obras, inspiradas en patrones de la indumentaria maya.
En el primero será la 47 edición y se llamará “Festival de Barriletes Gigantes Bicentenario 2025”, en honor a los 200 años de la declaración de municipio. El segundo celebrará la muestra número 127.
La agenda incluye una categoría de dos metros de diámetro para artistas individuales, aparte de otros grupos que elaboraron cometas de 11 a 18 metros y de cuatro a seis, y para los niños que confeccionaron de uno a 1,5 metros.
La oportunidad permitirá a los visitantes deleitarse también con música tradicional y bailes folclóricos, y degustar la deliciosa gastronomía chapina.
Los puestos de comida ofrecerán una variedad de platillos típicos como tamales, enchiladas y atol, capaces de satisfacer los paladares más exigentes.
La «Técnica de elaboración de los barriletes gigantes» fue declarada Patrimonio Cultural Intangible de la Nación a través del Acuerdo Ministerial 139-2022.
Ese reconocimiento enalteció una manifestación profundamente arraigada en la identidad y el tejido comunitario, que arrancó, de acuerdo con investigaciones, a finales del siglo XIX y principios del XX.
Entonces los ancianos recomendaron construir estos barriletes para que deambularan en el cielo y pudieran encontrarse con los espíritus, para guiarlos hacia su descanso eterno.
Todo un acontecimiento en el país resultó la inscripción en 2024 de la técnica en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
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