Una iniciativa aplaudida hoy por el ministro español de Industria y Turismo, Jordi Hereu, quien valoró la iniciativa para mejorar la productividad, reducir la burocracia, el aumento de los costes energéticos, la feroz competencia global, impactos del cambio climático o las tensiones comerciales.
Aunque se trata de un documento largamente trabajado, analistas consideran que en el fondo es una acción que permitirá blindar a Europa ante amenazas de subidas de aranceles o guerras comerciales.
“Europa necesita una industria unida frente a la envergadura de las oportunidades. Juntos debemos proporcionar un marco y unos impulsos fiables para el crecimiento, la innovación y la competitividad”, afirmó Hereu.
El texto da continuidad al denominado Informe Draghi y reconoce que el Viejo Continente necesita fortalecer su soberanía económica en tecnologías estratégicas y su capacidad de innovación. También aborda la seguridad en la región y recoge el desafío de fortalecer la base tecnológica de defensa de doble uso.
La Declaración de Berlín consta de cinco grandes acápites, enfocados en otorgar flexibilidad a las empresas en los procedimientos de autorización de su actividad; la Inteligencia Artificial y su aplicación en la industria europea; y la creación de mercados líderes en el área.
Además, la prioridad en la descarbonización con una demanda de materiales básicos respetuosos con el clima, como acero, cemento y productos químicos; potencial de la resiliencia de la industria europea y cómo aprovechar la innovación de los sectores de defensa: y la creación de valor de la industria en Europa, con foco en la automoción y la biotecnología.
Los países firmantes de esta Declaración, junto a España, fueron Austria, Bélgica, Bulgaria, Croacia, República Checa, Finlandia, Francia, Alemania, Italia, Lituania, Luxemburgo, Países Bajos, Polonia, Rumanía, Eslovaquia, y Eslovenia.
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