Así lo expresó hoy en una valoración que publica el Diario El Salvador, Omar Salinas, ingeniero en Energía y analista en Política Pública, quien analizó desde sus inicios el desarrollo de esta fuente de energía renovable en el país. Desde sus orígenes, El Salvador demostró que podía desarrollar su potencial geotérmico con talento y recursos propios, opinó el experto al acentuar que el desarrollo del sector geotérmico debe seguir orientado por criterios de interés público y sostenibilidad nacional. En su análisis “Geotermia: de la visión nacional a la trampa neoliberal», Salinas abordó los pasos ejecutados para buscar con recursos propios garantizar energía limpia y estable.
Luego de inicios promisorios con el apoyo de Naciones Unidas y la inauguración de la primera planta geotérmica de Ahuachapán, pionera en Centroamérica y octava en el mundo, el sector entró en crisis luego que políticas neoliberales modificaron el rumbo de la geotermia, opinó Salinas, lo cual, afirmó, deparó resultados desastrosos.
Desde sus orígenes, destacó, El Salvador demostró que podía desarrollar su potencial geotérmico con talento y recursos propios.
Los gobiernos con visión que impulsaron las primeras etapas de la geotermia comprendieron que fortalecer la ingeniería nacional, la capacidad técnica y la gestión pública eficiente era la mejor garantía para sostener proyectos energéticos de largo plazo, aseveró. En la actualidad la esta fuente aporta alrededor del 20-26 por ciento del paquete energético de El Salvador, posicionando al país como líder en la región centroamericana en el uso de este recurso.
Recientemente el gobierno recibió un préstamo por 150 millones de dólares para construir dos nuevas centrales geotérmicas y ampliar la incidencia en la matriz energética del segundo recurso renovable más importante con dos centrales geotérmicas.
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