Sin traje ni corbata: Brasil elimina formalidades para la COP30

Belém, Brasil, 5 nov (Prensa Latina) El Gobierno brasileño eximió del requisito de vestimenta formal, como traje y corbata, para asistir a la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Clima (COP30) por el calor que impera hoy en esta ciudad.

Un comunicado enviado a las delegaciones alude al clima de la capital del norteño y amazónico estado de Pará para flexibilizar en el atuendo.

«El Gobierno de Brasil desea informar a todos los participantes que, debido a las altas temperaturas y la humedad en Belém, no se requerirá vestimenta formal en las próximas sesiones. Para garantizar la comodidad de todos, el código de vestimenta recomendado para la COP30 será informal elegante», indica el comunicado.

La COP30 está programada del 10 al 21 de noviembre. Antes de esta megareunión, mañana y el viernes, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, encabezará la Cumbre de Líderes, que se espera congregue en esta urbe a más de 50 jefes de Estado.

El foro de la próxima semana es el más grande e importante para negociar medidas que frenen el avance del cambio climático y el aumento de la temperatura media del planeta, así como acciones para mitigar los efectos de la crisis ambiental en la población.

Las conferencias sobre el clima suelen recibir en promedio a unas 50 mil personas, entre jefes de Estado, primeros ministros, funcionarios gubernamentales, negociadores, científicos, empresarios, organizaciones de la sociedad civil y artistas.

Entre los temas prioritarios de la COP30 figuran la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono y el metano, la adaptación de la infraestructura al cambio climático y la conservación de los bosques.

De igual manera, la financiación de la transición de los combustibles fósiles, como el petróleo, el gas y el carbón, a fuentes renovables, como la energía solar, eólica y los biocombustibles.

Actualmente, las COP se centran en el cumplimiento del Acuerdo de París. Firmado en 2015, este compromiso estableció el objetivo de limitar, para finales de siglo, el aumento de la temperatura media global a 1,5 grados centígrados, idealmente, o como máximo a dos grados, en comparación con los niveles preindustriales.

Para lograrlo, cada país debe fijar objetivos detallados para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero e implementarlos.

Brasil se ha fijado la ambiciosa meta de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos el 50 por ciento para 2035, mientras que otras grandes potencias dudan en este tema.

Por otro lado, bajo el Gobierno de Lula, el gigante sudamericano continúa buscando expandir la exploración petrolera, una fuente que contribuye significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero y, por lo tanto, al cambio climático.

jha/ocs

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