La investigación constató que las zonas agrícolas de 155 países dependen de la humedad proveniente de los bosques de otras naciones para obtener hasta 40 por ciento de sus precipitaciones anuales.
Entre tanto, la humedad de los bosques a nivel mundial sustenta el 18 por ciento de la producción agrícola y el 30 por ciento de las exportaciones agrícolas estudiadas.
Sin embargo, los patrones anómalos de precipitación asociados al cambio climático amenazan cada vez más el suministro mundial de cultivos.
En ese sentido, los autores sugirieron que la conservación estratégica de los bosques ubicados a barlovento de las zonas agrícolas podría utilizarse para salvaguardar el suministro mundial de cultivos.
De acuerdo con el trabajo, y a modo de ejemplo, Brasil suministra humedad a Paraguay, Uruguay y Argentina y recibe más del 77 por ciento de sus cosechas anuales mediante importaciones. Este tipo de flujo es un ejemplo ideal de cooperación mutua beneficiosa, donde un país se beneficia de importaciones estables de cosechas al conservar sus bosques, y el otro se favorece de las condiciones climáticas que impulsan la producción agrícola.
Acotó el análisis que Brasil suministra humedad a zonas agrícolas en Perú, Ecuador, Bolivia, Paraguay, Uruguay y Argentina, que en conjunto representan el 10 por ciento de las exportaciones mundiales de cosechas.
La evaluación encontró conexiones interrelacionadas entre países que dependen en gran medida de las precipitaciones forestales, como Brasil, Argentina, Canadá, Rusia, China y Ucrania, que suelen ser grandes productores y exportadores de cultivos.
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