Observadores políticos destacan este jueves que las denominadas Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, inglés) aceptan el alto al fuego, luego de que sus efectivos lograron avances en la guerra contra el Ejército con la toma de El Fasher, último bastión militar sudanés en la región occidental de Darfur.
La tregua daría un respiro al agonizante pueblo sudanés, víctima de incontables violaciones a los derechos humanos, hambre, enfermedades y obligado a huir de sus hogares.
Sin embargo fuentes oficiosas aseguraron a medios locales que el ejército solo aceptará una tregua que incluya la retirada de las áreas civiles y la entrega de armas por parte de las RSF.
Por su parte, el ministro de Defensa de Sudán, Hassan Kabroun, afirmó el martes que el ejército continuará luchando contra los paramilitares, después de que el consejo de defensa del país se reuniera para estudiar la propuesta de una tregua.
En tanto, el secretario general de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, instó a las partes beligerantes a sentarse a la mesa de negociaciones y poner fin a esta pesadilla de violencia.
La ONU calcula en más de 40 mil las personas muertas por la guerra, y califica la crisis humanitaria en Sudán como la peor del mundo, que deja ya más de 14 millones de civiles desplazados de sus hogares.
Desde mediados de abril de 2023, esta nación africana se encuentra sumida en una guerra interna, tras avivarse las contradicciones por cuestiones de poder entre el jefe del Ejército Abdel Fatah al-Burhan y el líder de las Fuerzas paramilitares de Apoyo Rápido Mohamed Hamdan Daglo.
Los combates, destruyeron ya innumerables medios de subsistencia para sumir al país en una compleja espiral de hambre y muertes.
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