La iniciativa estratégica, desarrollada por el ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, busca superar obstáculos históricos como los altos costos de producción, la competencia desleal en los mercados, la pobreza rural y los efectos de sequías y patrones climáticos erráticos.
Según el Ministerio, el plan pretende fomentar cultivos y ganados de alto valor, ampliar las oportunidades para mujeres y jóvenes en zonas rurales, y fortalecer la seguridad nutricional mediante tecnologías sostenibles.
El objetivo final es construir un sistema agroalimentario inclusivo, resiliente y competitivo.
El proyecto se alinea con el Plan Decenal de CTI 2022-2032 de Sudáfrica y con el Marco Estratégico de la FAO 2022-2031 para promover lo que el organismo internacional denomina los “Cuatro Mejores”: mejor producción, nutrición, ambiente y condiciones de vida.
Asimismo, acorde con un comunicado ministerial al efecto, contribuirá directamente al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible sobre Hambre Cero; Industria, Innovación e Infraestructura; y Acción por el Clima.
Asimismo, la hoja de ruta priorizará áreas de intervención clave, incluyendo la mejora genética animal y vegetal, la agricultura de precisión, sistemas digitales de apoyo a la toma de decisiones, bioseguridad y el desarrollo de cadenas de valor y agroprocesamiento.
Un elemento central será la construcción de una bioeconomía agrícola inclusiva, dirigida especialmente a grupos marginados, pequeños agricultores, mujeres y jóvenes.
Según el texto la estrategia se coordina con otros planes nacionales, como el Plan Maestro de Agricultura y Agroprocesamiento, el Plan Maestro del Sector Forestal y la Estrategia de Acuicultura.
Para garantizar su implementación, los directores generales de los ministerios clave designarán un comité directivo, mientras que un comité asesor con representantes de la industria, la academia y agencias implementadoras velará por la inclusividad.
Se prevé que la hoja de ruta esté finalizada para septiembre de 2026.
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