Al mando de su Aprilia, el piloto de Rimini, marcó 1:37.556 minutos, un tiempo que lo consagra como el hombre más rápido del sábado y que eleva a cuatro sus poles en la temporada, séptima en la clase reina y décima de su trayectoria mundialista.

Bajo un cielo que amaneció despejado tras lluvia nocturna, el circuito de Portimao se convirtió en escenario de una batalla tensa, en la cual cada curva era una trampa y cada aceleración, un salto al vacío.

Bezzecchi emergió de ese desafío con la serenidad de los campeones y relegó al joven Pedro Acosta, el español que volvió a rozar la gloria con un desempeño impecable, pero insuficiente.

A 150 milésimas del italiano, el murciano de KTM firmó su mejor clasificación del año, preludio de una jornada en la que promete dar pelea desde la primera fila.

“Estar ahí adelante cambia todo, ahora podemos soñar con algo grande”, confesó Acosta, con la voz aún acelerada por la adrenalina.

El francés Fabio Quartararo, sorprendente tercer lugar con su Yamaha, completó la primera línea tras avanzar desde la Q1, en desafío a pronósticos y como muestra de que el talento, a veces, vence al reglamento de la lógica.

No tuvo igual fortuna el español Álex Márquez, que vio desvanecerse sus posibilidades al caerse en los minutos finales y quedó con la quinta plaza, por detrás del también italiano Francesco “Pecco” Bagnaia, la mejor Ducati del día.

Entre los ausentes de relieve figuró el madrileño Raúl Fernández, imposibilitado de correr tras una dura caída en los entrenamientos libres, que le provocó dolencias en el hombro izquierdo.

El asfalto de la pista lusa, aún con parches de humedad, fue juez y cómplice de una sesión impredecible, en la cual la audacia se confundió con la locura. Pero fue Bezzecchi quien, una vez más, convirtió la velocidad en arte y el riesgo en victoria.

Mañana, cuando el sol vuelva a encender las colinas del Algarve, el rugido de las motos anunciará si el italiano logra convertir esta pole épica en el comienzo de otra gesta.

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