Imágenes captadas por cámaras de seguridad muestran el momento exacto en que el juez del Tribunal de Sentencia de Villa Tunari, Edilberto Marcial Cruz, fue ultimado por los tripulantes del vehículo cerca de la plazuela Virrey Toledo.
En el audiovisual se observa cómo los dos sicarios interceptan el auto que era conducido por la autoridad, quien se detuvo unos segundos al llegar a una intersección.
Los agresores aprovecharon ese momento y abrieron fuego contra la humanidad de Cruz.
No conformes con los impactos logrados, antes de darse a la fuga, retornaron por la otra ventanilla para confirmar el fallecimiento de la víctima, después emprendieron la retirada.
Mientras esto ocurría, desde el interior del automóvil se escuchaban gritos, que según los reportes preliminares eran de su hijo, quien fue testigo del atentado.
La Policía Nacional Boliviana continúa este lunes una investigación para identificar a los autores materiales e intelectuales del crimen.
Según las primeras hipótesis, no se descarta que este asesinato esté relacionado con una posible venganza, aunque las causas continúan en análisis.
Al referirse al caso, el presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Rómer Saucedo, confirmó el fallecimiento de Cruz y expresó sus condolencias a la familia.
«El Ministerio Público ya está actuando en las investigaciones junto a la Policía Boliviana y brindando garantías a toda su familia», aseguró Saucedo en sus redes sociales.
La muerte del juez causó consternación en el ámbito judicial y a los habitantes de Cochabamba, quienes piden mayor seguridad y una pronta respuesta de las autoridades ante este hecho violento.
En los últimos meses, fuentes policiales vincularon atentados ocurridos en urbes importantes como Cochabamba y Santa cruz con “corporaciones criminales internacionales”.
Mencionaron entre ellas al Primer Comando de la Capital (PCC) de Brasil y posibles pandillas balcánicas que buscan controlar rutas del narcotráfico y del mercado ilegal de armas.
La criminóloga Gabriela Reyes, en tanto, recordó que fenómenos similares ocurrieron en Ecuador cuando células balcánicas se disputaron territorios de exportación de cocaína.
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