Ubicada en la provincia costera de Santa Elena, el nuevo centro penitenciario recibió la víspera 300 reclusos y desde la madrugada de este martes autobuses con reos a bordo salieron hacia la cárcel El Encuentro.
Así denominó el Ejecutivo a la instalación, en referencia al lema del Gobierno del expresidente Guillermo Lasso (2021-2023).
La edificación empezó a construirse en junio de 2024 con un presupuesto de 52 millones de dólares y está previsto que albergue a unos 800 presos.
La construcción fue una de las promesas de campaña de Noboa ante la violencia que azota a las prisiones ecuatorianas, donde han sido asesinados más de 500 reclusos desde 2021, la mayoría en enfrentamientos entre bandas rivales.
La brillante “estrategia” de Noboa es tratar de parecerse a Bukele, advirtió en redes sociales el expresidente ecuatoriano Rafael Correa.
Otros internautas también compararon imágenes de ambos países y advirtieron sobre las similitudes con el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) salvadoreño.
La llegada a El Encuentro de más de 300 privados de libertad fue confirmada por el propio gobernante ecuatoriano, quien compartió fotos de cabellos en el suelo en referencia a cómo rasparon las cabezas de los prisioneros junto a la frase: “Ya empezará la quejadera”.
Los movimientos hacia el nuevo penal comenzaron un día después de que 31 presos murieron dentro de la cárcel de Machala, en el sur del territorio nacional.
La entrada en funcionamiento del recinto carcelario, aún sin inauguración oficial, tiene lugar en una semana decisiva para Noboa, quien se juega su capital político con una consulta popular y referéndum convocado para el próximo domingo 16 de noviembre.
Ese día los ecuatorianos irán a las urnas para decidir si desean establecer una Asamblea Constituyente que redacte una nueva Constitución y, también, deberán votar sobre la instauración de bases militares extranjeras, la reducción de legisladores y el financiamiento de partidos.
En ese contexto, Noboa promueve la nueva cárcel y anunció la llegada del exvicepresidente Jorge Glas, a pesar de las medidas cautelares dictadas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), que solicitaban al Estado ecuatoriano garantizar la salud física y mental del exfuncionario.
La Revolución Ciudadana, movimiento político del exvicegobernante, expresó su profundo rechazo e indignación ante la forma en que el Gobierno expuso pública e innecesariamente la imagen de Glas, en un acto que evidencia una perversa intención de humillarlo ante la opinión pública.
En relación con la cárcel, el ministro del Interior, John Reimberg, aseguró que tiene “todas las medidas tecnológicas” para que “no pueda ingresar ningún artefacto ajeno a lo que debe existir dentro”.
Además, dijo que está equipada con “todo lo necesario para la atención médica” para que los presos no tengan ni siquiera que salir hacia hospitales o utilicen ese mecanismo para evitar cumplir su pena en prisión.
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