En sus palabras ante más de 40 mil fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro, el Sumo Pontífice aseveró que “la fraternidad representa uno de los grandes desafíos para la humanidad contemporánea”, que nace de la capacidad de construir relaciones y vínculos auténticos.
La misma, según dijo “nos libera del narcisismo y de ver a los demás como alguien de quien recibir, sin estar jamás dispuestos a dar, a darnos nosotros mismos”, y es posible alcanzarla, aun cuando “las numerosas guerras en el mundo, las tensiones sociales y los sentimientos de odio parecen demostrar lo contrario”.
El Santo Padre recordó el aniversario del fin de la Primera Guerra Mundial, que se conmemoró la víspera, la cual constituyó una “matanza sin sentido” y enfatizó el valor de la paz.
El pasado domingo, tras el rezo del Ángelus, León XIV señaló “si de verdad queremos honrar la memoria”, de quienes perdieron su vida en los conflictos armados “declaremos un alto al fuego y dediquemos todos nuestros esfuerzos a la negociación”.
En los últimos días “hemos orado por los fallecidos” en los conflictos bélicos “incluso civiles, niños, ancianos y enfermos”, dijo, y expresó su “agradecimiento a todos aquellos que, en todos los ámbitos, trabajan por la construcción de la paz en las diversas regiones marcadas por la guerra”.
En palabras pronunciadas recientemente con motivo del Jubileo de la Espiritualidad Mariana, el papa se refirió al avance en las gestiones para poner fin al conflicto en Medio Oriente, donde como consecuencia de los ataques de Israel murieron ya más de 67 mil palestinos en la Franja de Gaza.
León XIV consideró que “el acuerdo para iniciar el proceso de paz ha despertado una chispa de esperanza en Tierra Santa”, y animó “a las partes implicadas a proseguir con valentía el camino trazado hacia una paz justa y duradera”.
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