Por Fausto Triana

Encargado de cerrar la segunda edición del Vigo Global Summit, en Galicia, España, el experto turco-estadounidense, catedrático de Economía del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), lanzó numerosas interrogantes acerca de los retos, oportunidades y conflictos que supone la IA.

Con importantes libros, considerados referencias indispensables, junto con más de un centenar de artículos en medios especializados, Acemoglu se enfoca particularmente en distintas facetas de la economía. política, del desarrollo, del crecimiento económico, la tecnología, la desigualdad salarial, el capital humano y de educación.

Al hablar en el congreso consagrado a la geopolítica y la geoeconomía en el mundo actual ofreció numerosos puntos de vista en torno a las dinámicas alrededor de la Inteligencia Artificial.

La IA promete una revolución tecnológica con influencias de algoritmos que impulsen la productividad; también la educación y el desarrollo científico y cultural, pero se darán estos avances por generación espontánea, argumentó.

El profesor Acemoglu apuntó que el crecimiento de la población mundial, aun con el pronóstico de una caída dentro de 10 años, hay otras cuestiones como las nefastas influencias del cambio climático con promesas sobredimensionadas en cuanto al poder real de la IA.

Si bien se declaró proclive al desarrollo de la IA, subrayó que es imprescindible adaptarla junto a otras tecnologías, y citó el caso de las pymes (como en Galicia), que son más lentas que las grandes corporaciones.

“Hay una gran brecha ahora en la computación en la nube o en robótica, algo que va a ralentizar la expansión de la IA”, no será un proceso de la noche a la mañana, precisó el Premio Nobel de Economía.

Al abundar en el tema, señaló que por un lado si se acoplan deseos con realidades de la IA de la mano del ser humano, interactuando, llegará a la cima, sin desconocer nunca las contribuciones imprescindibles de las personas.

Hay que aprender lo que nos pueda aportar la IA, pero su inserción en la sociedad del futuro será lenta y hasta disruptiva si no se establecen reglas claras de sus objetivos, reflexionó.

Acemoglu remarcó que muchos informes prometen un crecimiento económico de hasta un cinco por ciento anual gracias a la IA, especialmente en países como Estados Unidos, pero recordó que la electricidad tardó 40 años en expandirse”.

Reiteró la importancia de no tomarse a la ligera la implementación de la IA y todas las tecnologías que la acompañan, porque pueden ser hasta peligrosas si se emplean en campañas populistas y atentados a las democracias.

Admitió que las grandes compañías tecnológicas del orbe deberían comenzar a realizar cambios sustanciales que permiten aprovechar las bondades de la IA en función del empleo, la productividad y el bienestar, sin olvidar el cambio climático.

Empero, son seis los conglomerados de la tecnología los que predominan y coartan la competencia. El mundo envejece rápidamente, la población se estabilizará en unos 20 años lo que supondrá un cambio enorme a nivel laboral, acotó.

Reconoció en esa línea que si bien la productividad aumentará con la IA, lo hará de forma más lenta y por tanto impactará negativamente en la población.

La transición con la IA podría ampliar las desigualdades sociales y alimentar fenómenos como el auge del populismo de extrema derecha, sentenció.

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