El director general del organismo, Ismail al-Thawabta, afirmó que unos 20 mil misiles, bombas, cohetes de artillería y municiones de gran calibre están desperdigados en el enclave costero tras dos años de agresión israelí.
En declaraciones a la agencia de noticias Safa, el funcionario afirmó que Israel convirtió al enclave costero en “un campo minado sin señalizar”.
Al-Thawabitah advirtió que los artefactos explosivos sin detonar representan peligros inmediatos y a largo plazo.
Al respecto, destacó que esos artefactos amenazan no solo los inmuebles que aún quedan en pie, también interrumpen el acceso a los equipos médicos y de socorro, y el regreso de los residentes a sus hogares y las labores agrícolas.
Los niños, los desplazados y los trabajadores que buscan cubrir sus necesidades diarias son más vulnerables, estimó.
Además, apuntó, este problema genera una parálisis económica y social porque dificulta la reconstrucción, así como la prestación de los servicios de salud y educación.
Según datos de Naciones Unidas y estimaciones sobre el terreno de organizaciones humanitarias, la cantidad de munición sin detonar en la Franja supera las siete mil toneladas.
La organización no gubernamental Humanity & Inclusion alertó recientemente que su eliminación podría tardar de 20 a 30 años sin una intervención de ingeniería internacional rápida y a gran escala.
Por su parte, Salah Abdel-Aati, director de la Comisión Internacional de Apoyo a los Derechos del Pueblo Palestino, señaló que la presencia de miles de proyectiles sin explotar representa una amenaza muy grave para la vida de los civiles, especialmente de los niños.
También afectan significativamente el proceso de recuperación y reconstrucción después de la guerra, coincidió.
El pasado mes, el jefe de la misión del Servicio de las Naciones Unidas de Actividades Relativas a las Minas (Unmas), Luke Irving, también advirtió sobre el tema.
Citado por la televisora Al Jazeera, Irving destacó que las municiones sin detonar representan una grave amenaza para la Franja, pero retirarlas tardará mucho tiempo.
A principios de este año, Unmas estimó que del cinco al 10 por ciento de las bombas lanzadas por Israel contra el territorio no detonaron.
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