Una nota publicada por la oficina de prensa de esa institución internacional refiere que en ese reporte, elaborado por la FAO de conjunto con el Instituto de Medio Ambiente de Estocolmo, se resalta que proteger y restaurar los bosques es crucial para impulsar una agricultura resiliente al clima.

El informe sobre “Beneficios climáticos y de los servicios ecosistémicos de los bosques y árboles para la agricultura” destaca los aportes de los bosques para fortalecer los sistemas agroalimentarios, y aboga por políticas, inversiones y una mejor gestión para convertir esta evidencia en acciones concretas.

En el análisis se refiere que los bosques moderan las temperaturas, mantienen las precipitaciones y regulan los ciclos del agua, lo que contribuye directamente a la productividad de los cultivos, estabiliza los climas locales y mejora la salud, la seguridad y los medios de vida de las comunidades rurales.

El director Forestal de la FAO, Zhimin Wu, expresó al dar a conocer este documento que “a menudo se considera que los bosques y árboles compiten con la agricultura por la tierra, o que son periféricos a la agricultura, pero la conservación y restauración de los bosques es, de hecho, crucial para impulsar la productividad agrícola”.

Los expertos ponen como ejemplo el caso de Brasil, donde se demostró que la conversión de bosques tropicales en tierras de cultivo redujo la evapotranspiración, transferencia de agua de la tierra a la atmósfera, hasta en un 30 por ciento, lo que provocó un aumento de las temperaturas locales y alteró los patrones de lluvia.

El texto subraya que restaurar la mitad de los bosques tropicales perdidos del mundo reduciría las temperaturas de la superficie terrestre en un grado Celsius, lo que ayudaría a restablecer los ciclos del agua y las funciones de regulación climática de los bosques y árboles, vitales para la agricultura y la seguridad hídrica.

Por otra parte, los especialistas aseveran que los bosques y árboles proporcionan una variedad de otros servicios vitales, como la polinización, el control biológico de plagas, el ciclo de nutrientes y el control de la erosión, todo lo cual contribuye a mejorar el rendimiento de los cultivos y a mantener la salud de los ecosistemas.

También se destaca en el documento la incorporación de bosques y árboles a los sistemas agrícolas como cortinas rompevientos y zonas de amortiguamiento ribereñas, lo que puede mejorar la resiliencia a la variabilidad climática y apoyar la producción y la resiliencia agrícola.

Se expresa la necesidad de eliminar las barreras entre el uso sostenible de la biodiversidad, la protección del medio ambiente, la agricultura, la gestión de los recursos hídricos y la salud pública.

En el informe se pide finalmente la implementación de estrategias y políticas que reconozcan el estrecho vínculo entre los bosques y la agricultura para garantizar la prosperidad de las comunidades agrícolas y la salud de los ecosistemas de los que dependen.

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