Esa cifra, que refleja la crisis de seguridad en el país, supera el total anual de 2024 y los analistas proyectan que 2025 cierre con alrededor de nueve mil asesinatos.
El incremento frente al mismo periodo de 2024, cuando hubo cinco mil 685 muertes violentas, representa un aumento de más del 32 por ciento, lo que confirma la tendencia al alza iniciada en 2021 y que colocó al país entre los más violentos de la región y el mundo.
Las provincias costeras concentran la mayor cantidad de casos.
Guayas registró tres mil 422 asesinatos, seguida por Manabí (mil 67) y Los Ríos (mil 41).
Solo esos tres territorios suman el 73 por ciento de todas las muertes violentas del país, una concentración que expertos atribuyen a la disputa territorial entre organizaciones criminales por el control de rutas del narcotráfico.
Las autoridades sostienen que gran parte de los crímenes está vinculado a pugnas entre bandas, especialmente en zonas clave para la salida de droga hacia mercados internacionales.
A eso se sumarían la fragmentación de los grupos delincuenciales, los ajustes de cuentas y los enfrentamientos armados, que han convertido sectores urbanos de la costa en escenarios de ataques recurrentes.
A esta situación, el Gobierno ha respondido con operativos del denominado Bloque de Seguridad, integrado por policías y militares, y con recurrentes estados de excepción, aunque sin revertir la tendencia.
Analistas señalan que el narcotráfico no es el único motor de la crisis, sino que se suma a otras causas estructurales como la precariedad económica y la falta de oportunidades, que facilitan el reclutamiento de jóvenes por parte de las organizaciones criminales.
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