Según ese organismo, las agresiones físicas, emocionales o sexuales contra esas mujeres afectan también a los pequeños que viven en entornos inseguros, adversos, marcados por el miedo y la violación de sus derechos.

Lo ocurrido en millones de hogares, a menudo invisibilizado, amenaza de manera persistente el desarrollo y el bienestar infantil, indica un estudio divulgado por Unicef.

El reporte fue publicado al mismo tiempo que otro divulgado por la Organización Mundial de la Salud que señala que más del 10 por ciento de las féminas de 15 años o más fueron víctimas de violencia física o sexual por parte de su pareja en el último año.

Unicef explicó que el fenómeno adquiere características diferentes en correspondencia con la región del mundo que se analice, lo cual refleja desigualdades estructurales y patrones geográficos.

De acuerdo con ese ente, en Oceanía más de la mitad de los menores (alrededor de tres millones) viven en esa situación; en África subsahariana la incidencia llega al 32 por ciento (187 millones de niños) y en Asia Central y Meridional al 29 por ciento (201 millones).

En el caso de América Latina y el Caribe, la cifra asciende a 35 millones (19 por ciento) y en Europa y América del Norte a 28 millones (13 por ciento).

Unicef recordó que los pequeños que crecen en hogares donde sus madres sufren maltratos tienen un riesgo significativamente mayor de padecer agresiones físicas o psicológicas y la exposición constante a la violencia afecta la salud mental, la percepción de seguridad, el desempeño escolar y la capacidad de establecer relaciones saludables en la vida adulta.

Además, incrementa la probabilidad de que los niños repitan patrones violentos más adelante, ya sea como víctimas o como perpetradores.

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