Los delegados asistentes pueden apreciar que la industria de los viajes en esta isla apuesta por la diversificación y las alianzas estratégicas.
En el marco de la Feria, el sector turístico cubano se presenta no como un actor más, sino como un eje fundamental para la recuperación económica de la isla, desplegando una estrategia clara de diversificación de mercados y productos que busca cautivar a un viajero más exigente y segmentado.
Las opiniones de funcionarios, e incluso del ministro de Turismo cubano, Juan Carlos García, asistente a la cita, pone de relieve importantes elementos de esta esfera.
El pabellón dedicado al turismo en el recinto ferial de Expocuba es uno de los más concurridos y dinámicos de la feria, demostrando el peso específico de esta industria. No se trata solo de mostrar sol y playa, sino de presentar una oferta renovada y multifacética.
La presencia de ministerios del sector, cadenas hoteleras como Gaviota, Gran Caribe y Islazul, y touroperadores especializados evidencia un esfuerzo coordinado para reposicionar a Cuba en el mapa turístico global tras años complejos.
La estrategia es clara: reducir la dependencia histórica del mercado emisor tradicional y acelerar la captación de turistas de nuevas regiones. Empresas de Europa, Canadá y América Latina exploran acuerdos que permitan un flujo más estable y diverso de visitantes.
Uno de los anuncios más significativos resulta el fuerte impulso al segmento de Turismo de Salud y Bienestar. Combinando la excelencia de la biotecnología cubana con la infraestructura hotelera, se promueven paquetes integrales para tratamientos médicos y recuperación.
Por su parte, el Turismo de Naturaleza y Senderismo también gana protagonismo.
Se presentan proyectos para el desarrollo de rutas ecoturísticas en zonas como la Sierra Maestra, Viñales y la Ciénaga de Zapata, buscando atraer a un turismo activo y consciente.
La gastronomía y la cultura se erigen como pilares complementarios indispensables. Se difunden festivales de ron y tabaco, así como rutas culturales que exploran la riqueza patrimonial de La Habana, Trinidad y Santiago de Cuba, más allá de los complejos todo incluido. La digitalización es otra de las apuestas fuertes. Se firmaron acuerdos con plataformas internacionales de reservas y se presentan nuevas aplicaciones móviles para facilitar la experiencia del visitante, desde la reserva hasta su estancia en el país.
Para los inversionistas extranjeros, FIHAV 2025 sirve de escenario para presentar oportunidades de negocio en la gestión hotelera, la construcción de instalaciones turísticas y el desarrollo de infraestructuras complementarias, como marinas y campos de golf.
La reactivación de los vuelos charter y el aumento de frecuencias de aerolíneas comerciales desde varios puntos de Europa y América es uno de los logros tangibles que se destacan en las rondas de negocios, un paso crucial para la conectividad.
El turismo interno no se descuida. Se ofrecen promociones y paquetes destinados a la población cubana y a la comunidad de cubanos residentes en el exterior, reconociendo su importancia para sostener el sector en temporadas bajas.
El mensaje final que transmite el sector turístico en FIHAV 2025 es de resiliencia y reinvención. Cuba compite con una propuesta de valor más rica, diversa y sostenible.
La feria actúa como el catalizador perfecto para estas aspiraciones, concentrando en un mismo espacio la oferta, demanda y la inversión necesaria para materializar un renacimiento turístico que es, hoy por hoy, una prioridad nacional para la economía cubana.
Tales elementos los corrobora en la Feria el Ministerio de Turismo (Mintur), las cadenas hoteleras y turísticas, y datos de la Oficina Nacional de Estadística (ONEI), entre otras muchas fuentes que asisten.
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