El coloso de más de cien kilos, monarca mundial en 2022 y figura cimera del judo panamericano durante más de una década, aterriza en el desierto con la serenidad del guerrero que ha visto la gloria y vuelve por más. Su nombre, cincelado en metales continentales y panamericanos, regresa al circuito con la promesa de otra gesta.
Li, bronce en el reciente Grand Prix de Qingdao, asoma como primer escollo en la ruta del único cubano inscrito en la lid. Un combate que se anticipa intenso, choque de voluntades donde Granda buscará imponer su jerarquía y esa mezcla de paciencia y furia que lo distingue en los momentos cruciales.
El matancero, situado hoy entre los mejores del ranking mundial, aguardará su turno para entrar al tatami, pero ya su presencia agita la expectativa del Grand Slam.
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