Khalil al-Daqran, portavoz del Hospital de los Mártires de Al-Aqsa, acusó al vecino país de continuar con su política de hambruna y, en ese sentido, señaló que los altos índices de desnutrición todavía persisten.
Destacó que la falta de alimentos y medicinas, unido a la inundación de las tiendas de campaña de los desplazados por la lluvia y aguas residuales, crean un ambiente fértil para la propagación de enfermedades, especialmente entre los niños.
Al respecto, alertó que la desnutrición que sufre un alto por ciento de menores afecta directamente su comprensión y crecimiento.
El director general del Ministerio de Salud en Gaza, Munir Al-Barsh, afirmó la pasada semana que el sistema de salud en la Franja está colapsado por la destrucción de su infraestructura y la grave escasez de suministros vitales.
Al-Barsh describió un panorama sombrío en ese enclave costero palestino, donde viven más de dos millones de personas.
Los hospitales no tienen recursos, las reservas de medicamentos se acercan a cero y los pacientes mueren mientras esperan tratamiento, destacó el galeno, citado por el diario Al Quds. Al respecto, reveló que la escasez de medicamentos básicos alcanzó el 84 por ciento y los de emergencia 40 por ciento, en tanto la falta de suministros superó el 71 por ciento.
No tenemos gasas y las distintas soluciones solo durarán un mes, lo cual dificulta enormemente la prestación de atención primaria, subrayó.
También resaltó la falta de suministro constante de combustible para mantener en funcionamiento las plantas eléctricas de las instalaciones de salud, la caída de las comunicaciones y el cierre casi total de los laboratorios.
Al-Barsh detalló que cada semana entran a la Franja solo cinco camiones cargados con suministros médicos, pese la tregua alcanzada a mediados del pasado mes y el compromiso de Israel de no entorpecer o limitar el ingreso de ayuda al territorio.
Esas cantidades son insignificantes en comparación con las necesidades de la población, expresó.
Como ejemplo, alertó sobre la grave falta de medicamentos para tratar el cáncer y de suministros para cirugía ortopédica, una situación que obligó a miles de pacientes a solicitar traslados para recibir tratamiento en el extranjero.
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