Lo que ocurrió después fue una sinfonía roja. Apenas el balón comenzó a rodar, Irene Córdoba desató un vendaval que dejó sin aliento al coliseo: tres goles en los dos primeros minutos, un torbellino que desgarró cualquier resistencia y la elevó al trono de máxima artillera del torneo. En el minuto 20, volvió a firmar su nombre en el marcador, como si el tiempo también jugara a su favor.
En la segunda mitad, Marta López amplió la herida e Irene Samper rubricó la sentencia con la serenidad de quien conoce los caminos de las grandes noches. Marruecos, valiente y orgulloso, solo pudo descontar gracias al empeño de Nadia Lattah, en una jornada en la que su reciente corona africana no bastó para frenar la marejada española.
La Roja, invicta y líder del grupo B, volvió a confirmar la huella de un linaje: dos veces subcampeona mundial, triple campeona europea —la última en 2023— y dirigida con pulso firme por Clàudia Pons, cuya mirada parece anticipar cada giro del destino.
El premio: una semifinal contra el ganador del duelo de mañana entre Brasil y Japón, otro cruce donde también sopla el viento de la épica.
Más temprano, Argentina derrotó 4-1 a Colombia y buscará su acceso a la gran final frente al vencedor del choque entre Portugal e Italia, también pactado para este martes.
mem/blc





