El documento pide el ingreso a la celda especial en la Superintendencia de la Policía Federal (PF) en Brasilia del cardiólogo Brasil Ramos Caiado y del fisioterapeuta Kleber Antônio Caiado de Freitas para «continuar el seguimiento especializado del estado clínico de Bolsonaro».
Los abogados afirman que el exmandatario necesita asistencia en las áreas de cardiología y fisioterapia, y exigen un análisis rápido de la demanda.
Tal petición amplía la lista de accesos excepcionales ya solicitados desde que Bolsonaro comenzó a cumplir su condena de 27 años y tres meses en régimen cerrado.
De Moraes autorizó este lunes las visitas familiares en días y horarios restringidos, siguiendo las estrictas normas de la PF, y determinó el control de la entrega de alimentos por parte de personas previamente registradas.
Por ahora, no hay indicios de que el excapitán del Ejército esté atravesando una emergencia de salud, pero sus aliados afirman repetidamente que necesita mantener su rutina de citas médicas.
Lo anterior resulta similar al argumento utilizado en operaciones anteriores de la PF, cuando Bolsonaro fue objeto de investigaciones y alegó fragilidad física.
El análisis de la solicitud médica debe seguir un protocolo estándar. La policía evalúa las condiciones de seguridad y logística, y más tarde De Moraes decide.
De ser autorizadas, las citas se realizarán dentro de la propia superintendencia, bajo la supervisión de la fuerza del orden público.
Mientras tanto, Bolsonaro permanece aislado en su celda de 12 metros cuadrados en la sede de la PF, donde, según fuentes, divide su tiempo entre lecturas religiosas, sopas de letras y conversaciones con abogados, intentando adaptarse a la rutina del régimen de aislamiento.
Con el vistazo a libros, la familia de Bolsonaro pretende reducir sus largos años de prisión.
Sin embargo, la normativa del Consejo Nacional de Justicia establece que solo obras literarias, filosóficas o científicas pueden utilizarse en el programa de remisión por estudio.
Además, el recluso debe elaborar una reseña original, que tendría que evaluarse después por educadores vinculados al sistema.
Cada obra aprobada puede reducir hasta cuatro días de pena, sin límite anual, siempre que la unidad penitenciaria disponga del programa.
En el caso de Bolsonaro, nada de lo que ha hecho hasta ahora se encuadra en este procedimiento. Actualmente, la única lectura confirmada es la Biblia, cuya relevancia personal no se traduce en recorte de años entre barrotes.
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