Hegseth intentó dar explicaciones en una reunión del Gabinete de Donald Trump convocado para abordar la controversia que generó el ataque, ocurrido en septiembre, contra una pequeña embarcación que, según Washington, traficaba drogas en esa vía marítima.
“Vi ese primer ataque en directo. Como pueden imaginar, en el Departamento de Guerra (Defensa) tenemos mucho que hacer, así que no me quedé (…) . Así que pasé a mi siguiente reunión”, declaró en la reunión del Gabinete en la Casa Blanca.
Ese segundo ataque se convirtió en centro de las polémicas aquí, donde miembros del Congreso se preguntan si debería haberse llevado a cabo para matar a los supervivientes del asalto inicial y si se puede considerarse un crimen de guerra.
Los dos ataques formaron parte de una operación que -de acuerdo con la administración Trump- mató a 11 «narcoterroristas» el pasado 2 de septiembre.
Hegseth dijo que el almirante de la Armada Frank Bradley, comandante del Comando de Operaciones Especiales (SoCom) de Estados Unidos, llevó a cabo el segundo ataque.
«El almirante Bradley tomó la decisión correcta de hundir el barco y eliminar la amenaza. Hundió el barco, hundió el barco y eliminó la amenaza», repitió Hegseth al subrayar que «fue la decisión correcta. Lo respaldamos».
Un reporte del diario The Washington Post señaló que los dos sobrevivientes quedaron aferrados a los restos del bote en el primer ataque militar estadounidense, lo cual llevó al comandante a cargo a ordenar un segundo para cumplir con la directiva de Hegseth.
La Casa Blanca confirmó la víspera que el secretario de Defensa autorizó la acción del 2 de septiembre y que Bradley, quien supervisó la operación, fue el ordenó la ejecución del segundo golpe.
Hegseth apuntó también que no vio a los supervivientes después del ataque inicial porque el buque estaba en llamas. «Explotó entre fuego y humo. No se ve nada», declaró el jefe del Pentágono.
El escrutinio se produce en un momento en que la administración Trump ha llevado a cabo al menos 21 ataques contra presuntos barcos de narcotráfico tanto en el Caribe como en el Pacífico oriental, matando hasta la fecha a 83 personas que la administración Trump tilda de “narcoterroristas”.
Bradley informará mañana ante el Congreso sobre el ataque del 2 de septiembre, el primero revelado por el Gobierno de Trump desde que comenzaron las operaciones militares contra presuntos barcos de narcotráfico, que tarta de vincular con Venezuela.
Los demócratas piden la renuncia de Hegseth y alegan que la mencionada operación constituyó un crimen de guerra, mientras otros piden que testifique en el Capitolio en una audiencia pública.
La activista conservadora Laura Loomer acusó la víspera a la oficina del secretario del Ejército, Dan Driscoll, de un supuesto intento por derrocar a Hegseth con un «golpe».
Pero en su tiempo en el cargo, una lluvia de críticas le ha caído al jefe del Pentágono, desde aquel escándalo de momento silenciado de las filtraciones de información sensible en un chat grupal de la plataforma Signal en el que estaban varios miembros del equipo de Trump y en el que incluyeron por error a un periodista.
ga/dfm





