El proyecto, considerado el desarrollo aeroportuario más relevante de Quito en los últimos años, añadió 17 mil 647 metros cuadrados hacia el lado norte de la terminal y elevará la capacidad de cinco a más de siete millones de pasajeros anuales.
La ampliación comenzó en 2019, quedó suspendida durante la pandemia de Covid-19 en marzo de 2020 y se reactivó en julio de 2024.
La nueva infraestructura incluye un espacio de arribos más amplio, bodegas y cuartos técnicos adicionales, 20 mostradores de chequeo, 12 máquinas de autochequeo, mayor capacidad en los carruseles de equipaje internacional y una reconfiguración completa del área de aduanas.
También incorpora salas de preembarque mixtas, aptas para operaciones nacionales o internacionales según la demanda.
Entre los equipamientos destacados figura una nueva manga de gran capacidad, la segunda más amplia del aeropuerto, que según Quiport facilitará la llegada de más aerolíneas europeas y la apertura de rutas de largo alcance.
Según la operadora, el diseño permitirá reducir un 57 por ciento el consumo de energía, un 31 por ciento el uso de agua y un 26 por ciento la huella de carbono.
Durante el acto inaugural, el alcalde Pabel Muñoz afirmó que la obra refleja el potencial de una alianza público–privada eficaz y recordó que Quito aporta el 26 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional y cuenta con un portafolio de inversiones que supera los seis mil millones de dólares.
La terminal logística también fue ampliada, con 35 mil metros cuadrados adicionales destinados al manejo de carga, un componente clave para fortalecer la competitividad de la capital andina.
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