Para recobrar la pieza, los agentes tuvieron que desplegar durante días un operativo de vigilancia poco común, pues el ladrón de 32 años de edad decidió ocultar la obra en su estómago cuando lo capturaron en la propia tienda, a fines de la semana pasada.

Desde entonces, un agente recibió la orden de seguir de cerca el proceso “natural” de devolución del artículo de lujo, convertido hasta hace unas horas en el souvenir más incómodo de Nueva Zelanda.

La joya bajo custodia policial es una edición especial inspirada en la película de James Bond Octopussy, cuyo argumento gira en torno al robo de un raro huevo de la Casa Fabergé de Rusia, mundialmente famosa por diseñar piezas con forma de huevos de Pascua decorados con oro y piedras preciosas.

La obra reproduce con precisión el modelo que aparece en el largometraje de ficción: una delicada celosía de oro de 18 quilates adornada con zafiros azules y diamantes blancos en motivos florales. Dentro del huevo descansa un pequeño pulpo dorado, detalle que refuerza la referencia cinematográfica.

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