En una alerta epidemiológica, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) destacó que la combinación de vacunación, vigilancia, preparación hospitalaria, acceso oportuno al diagnóstico y al tratamiento, y medidas preventivas personales será clave para reducir la carga de enfermedad, proteger a las poblaciones más vulnerables y evitar una posible sobrecarga de los sistemas sanitarios.
Según los datos reportados hasta finales de noviembre, la actividad de influenza continúa en ascenso a nivel global, especialmente debido a virus de tipo A.
En las Américas, aunque los niveles siguen siendo bajos, se registra un incremento sostenido, especialmente en América del Norte.
En el Caribe y Centroamérica, predomina el virus influenza A(H1N1)pdm09, mientras que en Canadá y Estados Unidos se observa una mayor presencia del subtipo A(H3N2), incluido un crecimiento progresivo del subclado K, ya detectado ampliamente en Europa y Asia.
Aunque aún no se ha identificado mayor señal de gravedad en estos países, las temporadas dominadas por A(H3N2) suelen afectar más a las personas mayores.
La evidencia preliminar sugiere que la vacuna actual mantiene niveles de protección similares a temporadas previas, especialmente para prevenir casos graves y hospitalizaciones.
En tanto, el hemisferio sur finalizó la temporada de 2025 con un aumento del 29 por ciento en casos graves de infección respiratoria aguda grave reportados comparado con 2024.
El virus sincicial respiratorio (VSR) afectó de manera destacada a lactantes menores de seis meses, mientras que la influenza afectó principalmente a personas mayores.
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