En conferencia de prensa posterior a la reunión, la ministra en la Presidencia, Khumbudzo Ntshavheni, explicó que la estrategia se articula en torno a cinco prioridades.
La primera, dijo, busca prevenir y reconstruir la cohesión social, eliminando la aceptación cultural de la violencia e involucrando a hombres y jóvenes en diálogos que cuestionen normas dañinas y la masculinidad tóxica.
El segundo eje apunta a reforzar la protección, seguridad y justicia mediante un sistema penal más sólido. Se prevé ampliar instalaciones adaptadas a las víctimas y crear puestos especializados en violencia de género en estaciones de la Policía Sudafricana.
La tercera línea coloca a las víctimas y sobrevivientes en el centro de la respuesta, garantizando acceso equitativo a servicios de calidad en justicia, salud y educación. Se promueve un sistema integrado que priorice dignidad, recuperación y empoderamiento, evitando demoras o discriminación en la atención.
El cuarto componente se concentra en la comunicación y movilización social, con campañas basadas en evidencia para transformar actitudes, promover la igualdad de género y estimular la participación comunitaria en la erradicación de la violencia.
Finalmente, el plan establece arreglos institucionales que aseguren gobernanza firme y mecanismos de rendición de cuentas en todos los niveles, con liderazgo coordinado y roles definidos para supervisar la implementación y medir avances.
Por su parte, la ministra de Mujeres, Juventud y Personas con Discapacidad, Sindisiwe Chikunga, subrayó que el combate contra la violencia de género requiere liderazgo audaz y alianzas sólidas entre gobierno, sociedad civil y sector privado.
Finalmente, Chikunga insistió en que la respuesta nacional debe trascender la campaña anual de 16 Días de Activismo y convertirse en un compromiso permanente de 365 días al año, orientado a prevenir la violencia, proteger a los grupos vulnerables y construir una sociedad basada en la igualdad, la dignidad y la seguridad.
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