El rabino Eli Schlanger fue una de las 16 personas que perdió la vida por un ataque terrorista inspirado por el Estado Islámico, según el gobierno, pues varias banderas de ese grupo fueron encontradas por la policía en la camioneta de los atacantes.
La comisaria de la policía federal de Australia, Krissy Barrett, resaltó las creencias ideológicas de los sospechosos, un hombre de 50 años de edad y su hijo de 24.
Ambos abrieron fuego, en la tarde del 14 de diciembre, en la playa de Bondi, el balneario más popular de Australia, ubicado en Sídney, cuando se realizaba una celebración de Janucá.
El padre pereció durante una confrontación con las fuerzas del orden, mientras su hijo se encuentra hospitalizado bajo custodia policial.
Por su parte, el primer ministro australiano, Anthony Albanese, anunció este miércoles una revisión profunda de los sistemas de inteligencia tras reconocer fallos en su operativa luego del atentado en Bondi.
También, el mandatario subrayó la necesidad de mejorar la coordinación entre agencias y reafirmó su compromiso de seguir trabajando contra el antisemitismo con informes en evolución.
Albanese homenajeó a Boris y Sofia Gurman, pareja judía de origen ruso residente en Bondi, quienes murieron al intentar frenar a uno de los atacantes en el inicio del atentado terrorista.
El primer ministro los calificó de “héroes australianos” y subrayó que su valiente acción en la carretera, previa al primer disparo, permitió alertar a otras personas en la zona.
A causa de la masacre, 21 personas continúan siendo atendidas en instituciones hospitalarias por sus heridas, cinco de ellas en estado crítico, aunque estables.
Medios australianos de prensa describen el ataque como el más sangriento en casi 30 años en el país oceánico.
Durante el atentado, algunas personas arriesgaron la vida para salvar a otros, entre ellos, los Gurman y el ciudadano de origen sirio Ahmed al Ahmed, quien consiguió desarmar al más joven de los atacantes pese a resultar herido de bala.
Entre las víctimas mortales figuran una niña de 10 años, el rabino Schlanger y un sobreviviente del Holocausto.
oda/msm
