Se advirtió a nuestros colegas (en Rusia y Ucrania) sobre la necesidad de mostrar mayor previsión respecto a eventos negativos que afectan la seguridad del mar Negro, declaró la cartera castrense en un comunicado oficial tras un incidente que vincula con el conflicto en curso.

El aparato, que según las autoridades «había perdido el control», fue monitorizado por cazas F-16 y derribado de manera controlada en una zona seleccionada para minimizar riesgos.

Nuestro control del espacio aéreo es integral y las afirmaciones sobre vulnerabilidades en nuestra defensa antiaérea son infundadas, aseguró el ministerio.

Actualmente, unidades especializadas realizan operaciones de búsqueda y análisis técnico en el lugar del impacto, dentro de territorio turco.

La advertencia ocurre en un contexto de alta tensión en la región del mar Negro, donde Ankara mantiene una política de equilibrio entre su membresía en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y sus relaciones con Moscú y Kiev.

El pasado 28 de noviembre, el petrolero Kairos, que navegaba vacío por el mar Negro hacia el puerto ruso de Novorossiysk, fue atacado por drones navales ucranianos a 28 millas (unos 52 kilómetros) de la costa turca, lo que provocó un incendio a bordo. Los servicios de emergencia de Turquía rescataron a los 25 tripulantes.

Horas después, ese mismo día, fue atacado el petrolero Virat, con 20 tripulantes, a 35 millas (unos 65 kilómetros) del litoral turco en el mar Negro.

El 29 de noviembre, Ucrania lanzó otro ataque con drones navales contra infraestructuras del Consorcio del Oleoducto del Caspio (CPC, por sus siglas en inglés), ubicadas en la zona marítima de Novorossiysk, en territorio ruso.

Por su parte, el 1 de diciembre, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan advirtió a Ucrania que sus ataques contra buques en la zona económica exclusiva de Turquía son injustificables.

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