En un comunicado oficial, el ministerio de Asuntos Internos explicó que la deportación se realizó en estricto cumplimiento de la legislación nacional, al comprobarse que los ciudadanos kenianos trabajaban sin los permisos correspondientes.
La postura del gobierno es clara en cuanto a no negociar su soberanía ni la aplicación del estado de derecho en materia migratoria.
Por otra parte, las autoridades respondieron a una alegación separada sobre información privada de oficiales de Estados Unidos.
Sudáfrica trata todos los asuntos de seguridad de datos con la máxima seriedad y opera bajo protocolos legales y diplomáticos estrictos, rechazando cualquier sugerencia de participación estatal en acciones indebidas, sostiene el Ministerio en el texto.
No obstante, el gobierno expresó su compromiso con una diplomacia basada en principios y transparencia.
Así, informó que se han abierto canales oficiales de comunicación con el gobierno de Estados Unidos para aclarar dicha acusación y para reforzar que todo intercambio bilateral debe fundamentarse en el respeto mutuo y en el diálogo factual.
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