El cierre del año soñado por el ejecutivo después del triunfo electoral del 26 de octubre y la coronación de una ofensiva legislativa en sesiones extraordinarias para imponer reformas más restrictivas antes de fin de año, con lo que quería dejar atrás muchas tensiones de 2025, no fructificó como calculó.
La Cámara de Diputados le dio media sanción al proyecto de Presupuesto de 2026 y lo pasó al Senado que muy probablemente el viernes 26 lo convierta en ley, pero sin el Capítulo XI que estipulaba derogar las leyes de asistencia a discapacitados, a la salud pediátrica y el financiamiento de las universidades públicas.

Esas son tres legislaciones que el gobernante libertario quiere a toda costa eliminar, pero sus correligionarios y aliados en la cámara baja fracasaron en instrumentar, y así pasó el anteproyecto al Senado que lo aprobará sin el Capítulo XI, y ahora según se dice Milei vetará su propia ley. Mientras eso ocurría dentro del Congreso, las calles a sus alrededores el miércoles 17 volvieron a ser testigos de la Marcha de la Dignidad de los jubilados, quienes una vez más fueron reprimidos por un despliegue inusitado de fuerzas policiales. Hubo tres heridos entre los «Viejos» como cariñosamente se les llama.
Y el jueves Buenos Aires y otras ciudades del país se estremecieron con movilizaciones de los sindicatos contra la reforma laboral que la cámara alta comenzó a debatir y como el oficialismo no pudo conseguir los votos necesarios para impulsarla, la jefa de la bancada de La Libertad Avanza, Patricia Bullrich, suspendió las audiencias para tratar el paquete y lo dejó para febrero de 2026.
O sea, lo principal a lo que aspiraba Milei quedó trunco en el Congreso.
El periodista Jonatan Viale reveló en TN el fuerte malestar que se vive en la residencia presidencial de Olivos y en la Casa Rosada luego de que se trabara un capítulo clave del Presupuesto.
Según contó al aire, Milei y su entorno descargaron su enojo contra tres gobernadores que hasta ahora eran considerados aliados: Rolando Figueroa (Neuquén), Gustavo Valdés (Corrientes) y Leandro Zdero (Chaco). «Hay furia en Olivos. Una lluvia de insultos», describió Viale, quien aseguró que el clima interno es de desconfianza total.

Quedó claro cómo el ejecutivo utiliza los llamados fondos de coparticipación de las provincias a manera de chantaje: te doy asignaciones si tus legisladores me aprueban mis leyes.
El malestar por el resultado legislativo se profundizó en el seno del Gobierno porque para llegar a tener quorum y lograr la media sanción, en los últimos 10 días Milei otorgó a los “gobernadores dialoguistas” edulcorantes partidas de fondos por casi 70 mil millones de pesos en concepto de Aportes del Tesoro Nacional.
Los gobiernos beneficiados fueron los de Tucumán (20 mil millones); Misiones (12 mil millones); Chaco (11 mil millones); Catamarca (10 mil 500 millones); Entre Ríos (siete mil millones), y Salta (seis mil millones). La suma erogada solo en días previos al debate del Presupuesto representa el 30 por ciento del total de lo distribuido durante todo del año.
Por otro lado, la Confederación General del Trabajo, que durante los dos años de Milei mantuvo una postura dialoguista, convocó a una movilización masiva que acompañaron las dos Centrales de Trabajadores de Argentina, y otras agrupaciones gremiales y sociales, y el jueves 18 la Plaza de Mayo y sus alrededores se abarrotaron de manifestantes.
El NO a la reforma laboral se sintió en el todo el país; así, los sindicalistas lograron un triunfo parcial con la posposición del debate en el Senado, y advirtieron que podrán declarar un paro nacional si el gobierno insiste en imponerla.
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