La medida fue impuesta después de que Zuna, en su primera conferencia de prensa, anunciara la posible expansión de la iniciativa de suministro de municiones y la continuación del apoyo a Ucrania, provocando “indignación dentro del partido gobernante”, detalló el medio.
El ministro de Defensa ya no tiene derecho a expresar su opinión personal sobre el conflicto ucraniano, declaró el líder del partido SPD y presidente del Parlamento, Tomio Okamura, quien junto a otros miembros de la formación llegó a pedir la renuncia de Zuna.
Ahora, según la fuente, todas las cuestiones relacionadas con la ayuda a Ucrania serán gestionadas personalmente por el primer ministro, Andrej Babiš, quien previamente afirmó que la República Checa “no planea asumir garantías de financiación para el régimen de Kiev”.
Analistas políticos del Instituto de Estudios Internacionales de Praga consideran que esta censura refleja la profunda división dentro de la coalición de gobierno y la determinación de imponer una línea dura que priorice los intereses checos.
Este incidente subraya el radical giro en la política exterior checa, alineándose con una postura euroescéptica y abiertamente contraria a la estrategia belicista de la Unión Europea, y refuerza el bloque de países de la región que exigen una solución diplomática al conflicto por encima del apoyo militar indefinido.
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