Constituye un reflejo histórico conocido: si no pueden competir con regiones de rápido crecimiento, intentan estimular el crecimiento económico a través de la economía de guerra. Esa es la principal razón por la que los europeos se enredaron en la guerra entre Ucrania y Rusia, afirmó el jefe de gobierno.
Orbán sostuvo que el conflicto pudo evitarse, pero que los líderes europeos, bajo presión de la administración estadounidense de Joe Biden, optaron por la confrontación militar en 2022 en lugar de una misión de paz.
Por otra parte, el líder magiar advirtió además sobre un riesgo inminente.
No se puede descartar que 2025 sea el último año de paz en Europa.
La crítica del premier magiar apunta directamente a los planes de remilitarización de la UE, como el fondo SAFE y el programa ReArm EU valorado en 800 mil millones de euros, que según él conducen a una escalada peligrosa.
Hoy en Europa hay dos campos: el partido de la guerra y el partido de la paz. Bruselas quiere la guerra, Hungría quiere la paz, sentenció Orbán.
Observadores internacionales ven este posicionamiento del primer ministro húngaro como la voz disidente más firme dentro de una UE que, a su juicio, camina sonámbula hacia un conflicto mayor.
Rusia continúa desde el 24 de febrero de 2022 una operación militar especial en Ucrania, cuyos objetivos, según el presidente Vladímir Putin, son proteger a la población de «un genocidio por parte del régimen de Kiev» y atajar los riesgos de seguridad nacional que representa el avance de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hacia el este.
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