Excavadoras y equipos pesados derribaron ayer las tiendas de campaña de los residentes del poblado, explicó Aziz al-Turi, miembro del Comité Local para la Defensa de Al-Araqib, citado por la agencia palestina de noticias Shehab.
Las autoridades israelíes arrestaron a mi anciano padre, el jeque Sayyah al-Turi, aunque luego lo liberaron, detalló.
Al-Turi ratificó “la determinación de los residentes de Al-Araqib de reconstruir sus hogares” y reafirmó que no abandonarán la localidad.
En julio de 2010 el gobierno israelí arrasó por primera vez la aldea, en la que viven 22 familias y cuyas viviendas están construidas de madera, plástico y hojalata.
Según Shehab, el poblado fue destruido 11 veces en 2023, 15 en 2022 y 14 en 2021.
Los medios palestinos denuncian que las autoridades israelíes hostigan a los ciudadanos árabes en el Neguev a través de campañas destinadas a confiscar tierras, arrasar cultivos agrícolas y demoler sus casas.
En ese desierto viven unos 240 mil beduinos, casi la mitad de ellos en comunidades no reconocidas por las autoridades israelíes, que sistemáticamente derriban sus poblados.
Al no tener reconocimiento oficial, esas localidades carecen de servicios básicos como redes de electricidad y agua, carreteras, escuelas y centros de salud.
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