La franquicia neoyorquina llega como una de las fuerzas más sólidas del Este, segunda en la tabla con 23 éxitos y nueve reveses, impulsada por una racha reciente de tres victorias consecutivas.

Aunque su fortaleza ha sido el Madison Square Garden, donde exhiben un imponente 15-2, los Knicks intentarán imponer carácter lejos de casa y mejorar su marca de 7-7.

El timón ofensivo recae en Jalen Brunson, séptimo máximo anotador de la liga con 27.4 puntos por noche y líder del equipo en asistencias (6.6). A su lado, Karl-Anthony Towns domina los tableros con 11.9 rebotes por partido, segundo mejor registro de toda la NBA.

Bajo la conducción de Mike Brown, Nueva York presume dos anillos en su historia, el último conquistado en 1973, y llega con el impulso reciente de haber ganado la NBA Cup.

Del otro lado aguardan los Spurs, igualmente segundos en el Oeste (23-9), aunque con el orgullo herido tras dos derrotas seguidas que cortaron una racha de ocho triunfos.

San Antonio se sostiene sobre el talento generacional de Victor Wembanyama, líder del quinteto en puntos (24) y rebotes (11.7), acompañado por la visión de juego de Stephon Castle, séptimo en asistencias en toda la justa.

Dirigidos por Mitch Johnson, los texanos defienden un legado de cinco campeonatos, el último en 2014.

El antecedente más cercano favorece a los Knicks, vencedores 124-113 el 16 de diciembre, pero esta noche, en el corazón de Texas, el balón volverá a elevarse con aroma a revancha y promesa de espectáculo.

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