Tenemos informes de personas que beben agua del retrete, comen plantas silvestres y utilizan forraje para animales para hacer pan, alertó Hani Al Ramlawi, de la Asociación Palestina de Desarrollo Agrícola, señaló Oxfam en un comunicado.

Según el texto, casi una cuarta parte de las explotaciones agrícolas del norte de Gaza fueron completamente destruidas por las fuerzas israelíes, que arrasaron invernaderos, edificios y el 70 por ciento de la flota pesquera del enclave costero.

“Dado que las acciones de Israel también restringen severamente la ayuda humanitaria, la pérdida de la producción agrícola local está empeorando la desnutrición y el hambre”, subrayó. El riesgo de genocidio aumenta en la región septentrional porque el Gobierno de ese país ignora una de las disposiciones clave de la Corte Internacional de Justicia: proporcionar servicios básicos y asistencia humanitaria que se necesitan con urgencia, afirmó Sally Abi Khalil, responsable de Oriente Medio y Norte de Oxfam.

Juzoor, otro socio de Oxfam y una de las pocas organizaciones que todavía operan en el norte de Gaza, informó temores similares ante el aumento de la desnutrición y el hambre.

El director de Juzoor, Umaiyeh Khammash, reveló que un estudio a mil 700 menores en esa zona detectó que 13 por ciento sufrían desnutrición aguda y tres por ciento emaciación grave.

Oxfam cifró en 300 mil los palestinos que aún quedan en el norte del territorio, pese a los intentos de Israel de desplazarlos.

“El paisaje es una destrucción total. Los agricultores, la gente, los animales no tienen nada. Los requisitos mínimos para seguir con vida no existen allí”, afirmó Al Ramlawi.

oda/rob