En un artículo de opinión que publica el diario Colatino, “¿Qué pasará con el FMLN después de las elecciones?, la dirigente de la tolda roja subrayó el papel del FMLN en el actual contexto y sus desafíos.
Una de las principales e impostergable tarea es refundarse a sí mismo y regresar a sus raíces, lo cual puede parecer retórica si no existe una actuación coherente y consecuente a ese anhelo de su base y simpatizantes, que siguen creyendo que es posible recuperar el instrumento de lucha como opción revolucionaria, señaló.
Estimó Argueta que el partido rojo debe trabajar por “transformar de raíz un modelo que incuba las desigualdades, la injusticia, la marginación y exclusión de las grandes mayorías de poder contar con una calidad de vida, con acceso a una vivienda propia, al derecho de alimentación nutritiva, a un sistema de educación inclusivo y atención a la salud integral, entre otras”.
Subrayó que hay mucho por hacer, y lo primero es corregir esa concepción de democracia representativa, de creer que desde la falsa vitrina del poder institucional se harán las transformaciones reales y necesarias.
Esa estructura institucional está en función de mantener un sistema de desigualdad social, que la izquierda desafortunadamente al llegar al gobierno legitima por su actuar, y la gente no logra ver la diferencia entre una derecha o una izquierda al frente del poder, aun cuando se haga la mayor inversión social, agregó.
Argueta tocó uno de los aspectos medulares del fracaso del FMLN cuando dijo que “haber gobernado sin incorporar al pueblo en la ruta de las trasformaciones sociales nos generó un alto costo, porque el enemigo político no descansa, y ejecutaron día a día una estrategia para desplazarnos y golpear nuestra credibilidad, confundieron y desinformaron al pueblo”.
No tuvimos, criticó, la capacidad para desenmascarar dicha agenda de desgaste sistemático, pero no se trata, agregó, de justificar en la astucia y la acertada agenda de nuestros adversarios la situación política del Frente.
Recordó palabras del líder Schafik Hándal, cuando dijo que entrabamos al sistema para cambiar al sistema, no para que el sistema nos cambiara; ahora después de 30 años en la lucha por la vía de la democracia representativa es justo y necesario que este FMLN «se pegue una limpia de toda esa camándula de antivalores que se le pegaron y lo contaminaron».
Llamó a retomar “el rumbo de la revolución democrática, construyendo espacios para el debate permanente con el pueblo, para crear las bases de una democracia participativa que blinde al pueblo de las mentiras, de las falsedades, de las fantasías e ilusiones que le venden a cambio de su voto”.
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