De acuerdo con el portavoz del Ministerio de Defensa, Zhang Xiaogang, las misiones regulares de escolta de la Armada son irrelevantes para el escenario en el mar Rojo.

En otro momento subrayó que las aguas en esa región son un importante canal mundial para el comercio de bienes y energía, por lo que que mantener la seguridad y la estabilidad se alinea con los intereses de la comunidad internacional.

Además, ratificó la oposición del gigante asiático a los actos de hostigamiento a los buques civiles.

China envió la semana pasada una formación de barcos escolta de la Armada hacia el golfo de Adén y aguas somalíes con más de 700 soldados y oficiales.

De acuerdo con el Ministerio de Defensa, el lote número 46 que cumple este tipo de misión en esa zona zarpó de un puerto militar en Zhanjiang, Guangdong, y está compuesto por el destructor de misiles Jiaozuo, la fragata de misiles Xuchang y el buque de suministro integral Honghu.

Además, el escuadrón lleva consigo dos helicópteros, portaaviones y personal para el combate especial.

Según el canal CCTV, durante la preparación, la formación analizó con precisión las características de la situación en la región, formuló el plan en detalle y se centró en el uso real de armas, el rescate de buques mercantes secuestrados por la fuerza, la lucha contra el terrorismo, la piratería, la navegación y el suministro, entre otras tareas.

Desde 2017, Beijing tiene una base de apoyo del Ejército Popular de Liberación en Yibuti, África, la única que mantiene en ultramar.

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