Las fuentes en el terreno mencionaron, primero, la cifra de 100 y, después, la de 200, pero con el correr de las horas y el fin del recuento, rectificaron, lo que hace del hecho el segundo mayor secuestro en la historia de este país del occidente africano, el más poblado del continente.
Los atacantes rodearon el plantel, del sistema de educación pública, poco antes del inicio de las clases, lo ocuparon y reunieron a las alumnas con las cuales partieron con rumbo desconocido, según el recuento de fuentes en el terreno difundidos por la prensa.
Los secuestros para cobrar rescates en metálico han devenido una práctica común en Nigeria, utilizado en principios por el grupo islamista Boko Haram, cuyo cuartel general radica en el estado nororiental nigeriano de Borno.
Sin embargo, en la actualidad el método es empleado por las pandillas de delincuentes comunes que proliferan en el norte y centro del país para obtener beneficios económicos y fondos con los cuales seguir operando.
El expresidente nigeriano Muhammadu Buhari, antecesor del actual mandatario, Bola Tinubu, declaró a los pandilleros “enemigos de la humanidad” y juró combatirlos hasta eliminarlos, pero terminó su mandato sin cumplir su promesa.
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