El hecho ocurrió la víspera en el estado de Kaduna, y es el segundo ataque realizado en una semana en este país.
La cifra de secuestrados se puede elevar a 280 según testigos, pero aún las autoridades no han dado el número exacto de rehenes en poder de los atacantes.
Algunas versiones señalan que en la escuela secundaria de Kuriga hay 187 desaparecidos y en la escuela primaria 125, pero algunos lograron escapar y volvieron, según afirman residentes del lugar.
La actividad de estas facciones dejan ya unos 35 mil muertos y más de dos millones de desplazados por la violencia en este país.
Los raptos masivos, en particular de menores del sexo femenino y de funcionarios gubernamentales, por cuya liberación demandan rescates en metálico, es una de las principales formas de obtener ingresos por parte de los grupos islamistas que operan en el vasto país del occidente africano.
En los últimos tiempos, el modus operandi fue adoptado también por bandas armadas de delincuentes las cuales, además, saquean aldeas sin que las autoridades logren ponerles freno.
Los ataques de grupos islamistas y delincuentes contra poblaciones inermes junto a los secuestros constituyen los dos principales dolores de cabeza de las autoridades centrales nigerianas a los que se suman los frecuentes conflictos entre pastores y granjeros por el uso de agua y zonas de pastoreo.
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