De acuerdo con Izurieta, ningún embajador puede pronunciarse en contra del Gobierno, y actualmente Abad se desempeña como jefa de la misión diplomática ecuatoriana en Israel por determinación de Noboa

Hace unos días la vicemandataria declaró que la detención de su hijo Francisco Sebastián Barreiro, por sospechas de tráfico de influencias, era un golpe contra ella.

«Lo que quieren es quitarme del medio para que no ocupe la presidencia del país», señaló en una entrevista en relación con la posibilidad de asumir la jefatura de Estado temporalmente mientras el gobernante pide licencia para enfocarse en la campaña para una eventual reelección.

Será «el Ministerio de Asuntos Exteriores el que tome las medidas pertinentes», dijo Izurieta.

Por tener el rango de embajadora, por designación del presidente Noboa, las funciones de Abad se rigen por la Ley Orgánica de Servicio Exterior y esos funcionarios están impedidos de realizar declaraciones públicas sin autorización de la máxima autoridad de la institución, o sea, de la canciller, Gabriela Sommerfeld.

Las sanciones pueden variar de acuerdo con la gravedad: amonestación verbal o escrita, multa, suspensión, disponibilidad y destitución.

Una comisión analizará lo actuado por la vicepresidenta y definirá la medida, aunque esta será exclusivamente en el ámbito diplomático, porque no perderá su cargo en el Ejecutivo para el cual fue electa por votación popular.

La vicepresidenta y Noboa tuvieron desavenencias desde su llegada al poder en noviembre pasado, al punto que el mandatario la envió fuera del país.

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