El programa se desarrolla en la zona colonial donde tres importantes edificaciones desafían el tiempo: la Iglesia Parroquial Mayor del Espíritu Santo (1680), el puente de cinco arcadas en el río Yayabo (1831) -único de su tipo en Cuba-, el teatro Principal (1839), y la extraordinaria Casa de las Cien Puertas o Palacio de Valle edificio doméstico del siglo XIX.
Según María Antonieta Jiménez, Historiadora de la Ciudad, los trabajos se extienden a otras instituciones de prestación social como la educación, la salud, los servicios y el sector turístico.
En el bulevar -en épocas pasadas Calle Real- se da terminación al Centro de Interpretación de la Ciudad, en la zona más antigua donde los altos de la Plaza del Mercado se transforma en un Centro de convenciones a cargo de la Oficina del Conservador de la villa.
Freddy Rendueles, director de la sucursal extrahotelera Palmares Sancti Spíritus, dijo a Prensa Latina que se ejecutan diversas obras para ampliar los servicios y esparcimiento para los espirituanos.
Explicó que se rescata el antiguo local El Liana, una de las edificaciones más importantes frente al Parque Serafín Sánchez, que data de fines del siglo XVIII y principios del XIX, amplía La Taberna junto al puente sobre el río Yayabo y habilita el antiguo centro gastronómico El 19.
El edificio de El Liana, según la historiadora, es una joya donde se combinan distintos estilos constructivos de la época, mientras en sus interiores se conservan diversos arcos de medio punto en puertas y ventanas que permitían la iluminación y frescura interior.
Añadió que en 1796 el presbítero Miguel Antonio del Castillo, cura de San Eugenio de La Palma o Catedral de Ciego de Ávila, impuso -pagó- dos mil 500 pesos por un inmueble ubicado en esa parcela, mientras un documento de 1841 da fe de una casa de dos plantas con cochera por la parte del fondo.
Es en 1854 cuando adquiere la edificación el adinerado comercial Francisco Valle y Valle, posteriormente pasa a diversos propietarios que la emplean como área de mercado de diversos tipos. Su último dueño fue Félix Gregorio Rodríguez (1936) pasando al Estado en 1959.
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