Las Fuerzas Armadas (FDI) están en estado de alerta máxima desde hace días en medio de un creciente nerviosismo entre amplios sectores de la sociedad.
Anoche la tensión escaló cuando el movimiento libanés Hizbullah lanzó unos 50 cohetes contra el país en medio de su habitual intercambio de disparos desde hace seis meses, aunque fueron interceptados o cayeron en lugares desploblados.
Televisoras y periódicos en línea alertan desde ayer que el ataque iraní es inminente, en represalia por la incursión israelí, aunque su alcance se desconoce.
Esa nación acusó a la administración de Benjamin Netanyahu de bombardear su consulado en la capital siria el 1 de abril último, que provocó la muerte de comandantes del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica.
Estamos “en alerta y altamente preparado para diversos escenarios, y estamos evaluando constantemente la situación”, afirmó el jueves el portavoz de las FDI, el contralmirante Daniel Hagari, en un intento de calmar los temores de la población.
El tema centró las conversaciones hace dos días entre los jefes del Estado Mayor de las FDI, Herzi Halevi, y del Comando Central de Estados Unidos, general Michael Kurilla, quien realizó una breve visita.
Por su parte, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, amenazó con responder a Irán durante una conversación con su homólogo estadounidense, Lloyd Austin.
Estados Unidos, así como varias potencias occidentales, incluidas Francia, Alemania y Reino Unido, cerraron filas con Israel en las últimas horas tras advertir a Irán de no cumplir su venganza.
Este viernes, el portal noticioso Ynet reveló que las FDI y el Mossad (agencia de inteligencia exterior) aprobaron un plan de ataque contra Irán si lanza su prometida represalia.
El bombardeo contra el consulado generó una ola de repudio internacional y aumentó las críticas a Netanyahu, quien ya está contra las cuerdas por los crímenes cometidos por sus tropas en la Franja de Gaza.
ro/rob





