Rodeado de ministros y altos funcionarios del Poder Ejecutivo, el exsecretario de la Presidencia se comprometió a continuar la actual línea del gobierno del presidente Luis Lacalle Pou.
“No va a ser continuismo, va a ser una continuidad del rumbo. Pero corregir lo que hay que corregir y asumir desafíos nuevos”, dijo antes de asegurar que se planteaban “metas bien desafiantes” para llegar a ser “el país más desarrollado de América Latina».
Entre los compromisos que asumió, Delgado dijo que va a cuadruplicar los recursos destinados a primera infancia, bajar la inflación al tres por ciento y expandir el programa de saneamiento que inició el gobierno actual.
“En concreto ser desarrollados implicaría al menos tener un nivel de riqueza 30 `por ciento mayor, reducir a la cuarta parte la pobreza infantil, universalizar la educación secundaria y generalizar la terciaria, y reducir a la mitad las rapiñas y homicidios”, dice el texto que presentó.
Delgado promete desmonopolizar los combustibles y reducir en 15 mil puestos la plantilla de empleados públicos.
A lo internacional insiste en la estrategia de apertura de mercados, tanto a nivel de Mercosur como unilateral, así como transformar la cancillería en Ministerio de Comercio y Relaciones Exteriores.
El plan se propone priorizar la habilitación de una aerolínea que opere con bandera uruguaya y seguir desarrollando el transporte por tren con nuevos ramales para el Ferrocarril Central.
El programa de gobierno del precandidato blanco habla de dar un «salto de bienestar» y subraya la necesidad de abordar el desafío demográfico, que encara una permanente caída de la natalidad, la cual pretende revertir.
Ante la preocupación ciudadana respecto a la seguridad, las iniciativas suponen crear una unidad antimaFia al estilo italiano, trabajar más en las cárceles y aumentar las penas para varios delitos.
mem/ool





