El alto cargo ruso, al intervenir este viernes en el Consejo de jefes de seguridad y servicios especiales de los países miembros de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) que sesiona en la capital kirguisa, precisó que los propios terroristas reconocieron que volaron desde la ciudad turca de Estambul.

Uno de los detenidos bajo sospecha del ataque al Crocus City Hall, añadió Bórtnikov, admitió haber llegado el 4 de marzo a Rusia desde Türkiye, y que le ofrecieron medio millón de rublos (unos cinco mil 500 dólares estadounidenses) por matar a la gente.

Otro acusado, Shamsidín Fariduni publicó en febrero pasado fotos de Estambul en su cuenta de Instagram.

Bórtnikov agregó que los terroristas fueron contactados en línea por los miembros del Estado Islámico del Gran Jorasán (pertenece al ala afgana del grupo Daesh, autodenominado Estado Islámico, proscrito en Rusia por terrorismo) que se encontraban en la zona de Afganistán y Pakistán.

Después de la incursión, los terroristas recibieron una orden clara de pasar a la frontera con Ucrania, donde al otro lado estaba preparado un paso, añadió.

Asimismo, el jefe del FSB ruso señaló que más de 20 personas fueron detenidas en el proceso de la investigación, incluidos los autores y los cómplices.

«Quiero asegurarles que todas las circunstancias del crimen serán establecidas y que todos los involucrados serán castigados», recalcó.

El 22 de marzo, un comando de hombres armados disparó contra una multitud reunida para un concierto de rock en la sala Crocus City Hall de la capital rusa, e incendió el recinto causando, según los últimos datos oficiales, 145 muertos y más de 550 heridos.

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