Este nuevo modelo de coyuntura aflora después de la suma de descalabros sufridos por el gobernante en el Parlamento.
La intención de Lula es estar presente en esos arreglos y no dejar tal trabajo solo en manos del ministro de la Secretaría de Relaciones Institucionales, Alexandre Padilha.
El médico de profesión es el responsable del comando de la articulación política del Gobierno, según el Palacio del Planalto, sede del Poder Ejecutivo en Brasilia.
Sin embargo, el entendimiento es que es necesario actuar para ampliar los votos favorables a políticas del Presidente, especialmente entre partidos que ocupan cargos en la Explanada de los Ministerios, pero colaboran con la victoria de la oposición en votaciones.
Lula tiene la intención de hacer más frecuentes en su agenda estos encuentros con los timoneles de organizaciones políticas.
Fueron llamados a la cita de este lunes, además de Padilha, los líderes del Gobierno en el Parlamento: Randolfe Rodrigues, Jaques Wagner y José Guimarães.
«Todos los lunes vamos a tener una reunión ordinaria del núcleo político de gobierno con el presidente de la República. Esa reunión ya ocurría [semanalmente], pero era una reunión de los tres líderes con el ministro Padilha. Vamos a seguir haciendo estas reuniones, ahora con la presencia y el seguimiento del presidente», explicó Rodrigues.
Los últimos fracasos de Lula ocurrieron el 30 de mayo en la sesión del Congreso Nacional.
Diputados y senadores derrocaron, en sesión conjunta, el veto del fundador del Partido de los Trabajadores que aún permitía la salida temporal de los presos para visitar a familiares y cursar enseñanza media o superior.
Se mantuvo un veto del exmandatario Jair Bolsonaro a un instrumento de la nueva Ley de Seguridad Nacional que penalizaba la difusión de noticias falsas.
El trecho tornaba crimen el acto de «promover, ofertar, constituir, financiar, o integrar, personalmente o por interpuesta persona» la diseminación de hechos sabidamente no verídicos, capaces de poner en riesgo «la higiene del proceso electoral, o el libre ejercicio de los poderes constitucionales».
La necesidad de mejorar la articulación es reconocida por el entorno de Lula.
Para Wagner, «el balance es que necesitamos mejorar nuestra organización en estos procesos Gobierno y Legislativo. Una sistemática de seguimiento más cercana entre el Gobierno primero con los líderes, después con otros parlamentarios», recalcó.
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