De acuerdo con un mensaje del funcionario en la red social X, la víspera, el istmo envió por vía aérea al norteño país 49,3 toneladas de sustancia ilícita, fundamentalmente cocaína, para ser incineradas, pero todavía queda una gran cantidad que será quemada en una planta que está lista y solo requiere de trámites burocráticos para que comience a funcionar.
Panamá ha decidido no quemar cocaína a cielo abierto para evitar la contaminación, dado que el país es carbono negativo y se busca preservar el medio ambiente.
Según Pino, aún queda una gran cantidad de droga, sin precisar detalles, aunque recientes informes de esa cartera dan cuenta de la incautación entre enero y marzo de este año de más de 31,5 toneladas de drogas.
Mensualmente los estamentos de seguridad en Panamá decomisan 12 toneladas de droga, lo que significa que cada trimestre los espacios de almacenamiento terminan saturados.
El pasado año Panamá incautó 119,2 toneladas de drogas, cantidad inferior a la cifra récord de 138,4 toneladas en 2022.
Para varios analistas, la nación centroamericana es punto de tránsito de los estupefacientes provenientes de Sudamérica, principalmente Colombia, y tienen como destino Estados Unidos y también Europa.
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