Este martes se deberá conocer los resultados de lass elecciones efectuadas del 19 de abril al 1 de junio en la que votaron 642 millones de personas de 979 millones convocados para elegir en siete etapas a los 543 integrantes de la Lok Sabha (Cámara baja del Parlamento).
Como estaba previsto, el conteo inició bajo estrictas medidas de seguridad con los votos por correo y posteriormente se procederá con el de las máquinas electrónicas frente a funcionarios y observadores.
La víspera, para despejar preocupaciones sobre la fiabilidad del proceso del recuento de votos, el jefe de la Comisión Electoral de India (CEI), Rajiv Kumar, aseguró a la prensa que el mecanismo disponible era sólido y estaba codificado sin margen para errores.
Por otra parte, celebró la participación de 642 millones de votantes, de más de 979 millones convocados, lo que, subrayó, representa más del doble de los ciudadanos con ese derecho en las 27 naciones de la Unión Europea.
Se refirió, asimismo, a la asistencia de 75 observadores de 23 países, que, según Kumar, atestiguó un proceso planificado de manera meticulosa sin incidentes de violencia que lamentar.
La expectativa resulta alta pues el desempeño del electorado que decidió ir a las urnas determinó si el primer ministro Narendra Modi logró afianzarse por tercera ocasión al frente de la nación o llegará un nuevo mandato con la opositora Alianza Nacional Inclusiva para el Desarrollo de la India.
De igual modo, no solo está en juego el destino político de Modi, también de otros máximos dirigentes gubernamentales del Bhartiya Janata Party (BJP) como el ministro del Interior, Amit Shah, y el titular de Defensa, Rajnath Singh.
Asimismo, líderes clave de la oposición, incluido el ex jefe del Congreso Nacional Indio Rahul Gandhi, entre otros de organizaciones aliadas como el Partido Comunista de la India(Marxista) y el Aam Aadmi Party se entregaron con fuerza a la contienda electoral.
Mientras en estados del sur, como Kerala, la izquierda espera mantener su bastión.
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